Una vida nueva

- ¿Qué? Mamá, ¿por qué tengo la piel azul? ¡Oh, creo que me voy a desmayar!
- Javi, ¿estás bien? Despierta.
- ¿Qué.. qué... qué ha pasado?
- Javi, creo que ha llegado la hora de que sepas que eres un vampiro.
- ¿Qué? Será una broma, ¿no?
- No es ninguna broma, hijo. Eres un vampiro de verdad. Te has desmayado y te hemos tenido que llevar al hospital.
- Me cuesta un poco asimilar todo esto. Y si soy un vampiro, ¿me podré transformar en murciélago?
- Claro que sí, compruébalo tú mismo.

- ¡Esto es flipante! Y a la vez muy raro... Y si soy un vampiro de verdad, ¿qué va a pasar cuando me transforme en niño otra vez? Porque mi silla no irá volando hacia mi, ¿no?

- Pues sí irá volando hacia ti. Pero la razón por la que hemos estado atándotela todo este tiempo nosotras es porque no queríamos que la gente supiera que eres un vampiro. Bueno, creo que ha llegado la hora de irnos de aquí. Vamos a casa.

- De acuerdo.

En el camino a casa, Javi se da cuenta de que hoy es 21 de mayo, su cumpleaños. Y espera ansioso tener un montón de regalos. Cuando llegan a casa, el coche está preparado y la madre de Javi le dice:

- Venga, vamos, tenemos que ir a un sitio.

- ¿A qué sitio? -pregunta Javi, pero su madre no le contesta. Enciende el coche y se van.

Cuando llegan al sitio, Javi se pregunta:

- ¿Eh? ¿Donde estamos?

- Bueno, Javi, creemos que ha llegado la hora de que tengas tu propia mascota. Elige la que quieras.

- Bueno, me quedo con este perro lobo.

- ¡Guau! ¡Guau! - el perro ladra.

- Bueno, vayámonos a casa -dice la  madre-. Mañana hay colegio. No querrás llegar tarde, ¿no?

Y se van.

Al día siguiente, ya en el colegio, Javi le enseña a Laura su forma de murciélago y le dice que es un vampiro. Pero ella no se lo cree. Pero cuando se transforma en murciélago, Laura no puede creer lo que ve.

CONTINUARÁ...

Javier maléfico

Cuando la sombra desciende en el aire, Laura y yo estamos rodeados por un montón de caballeros. La sombra misteriosa les ataca y los deja inconscientes por un momento con una especie de humo que adormece. Luego se va otra vez.

De repente aparece el Rey Ernesto y dice: "Hola de nuevo, je, je, je. Bueno, ¿queréis jugar?" Y luego nos atacó. Fue una batalla dura, pero conseguimos derrotarlo y la estrella vio que con ese cuerpo no conseguía nada, así que se despegó de la espada, dejó el cuerpo del Rey Ernesto y se puso en mi ropa.

Inmediatamente yo me envolví en un aura oscura, pero antes de transformarme, dije "¡Ayuda!" y nada más decir eso me convertí en un malvado caballero que atacó toda la ciudad y no paró de correr para que no lo atraparan. Al parecer, me metí en un vehículo subacuático y dijo la estrella a través de mí, "El castillo que encargué ya debe estar listo y con este cuerpo Laura no se atreverá a hacerme daño. ¡Genial!" Luego me puse camino al castillo, me monté en el robot castillo y ordené que ayudaran a parar a Laura y a Lilipuf y, al final, Laura tuvo que lanzar a Lilipuf y vio que, en realidad, era un muñeco, que nunca había tenido ningún perro.

Al descubrirlo, ella dijo "Ah, bueno, será un peluche para dormir." Y cuando mi peluche de Lilipuf se metió en el robot cortocircuitó el mecanismo y el robot se cayó al suelo y yo también. Inmediatamente vino la sombra y me envolvió en un manto de oscuridad. No se veía nada, pero luego empezó a girar tan rápido que se hizo una bola blanca al rededor de mí. Luego, poco después, cuando paró de girar, ya estaba curado y desposeído, aunque inconsciente y desmayado. Cuando desperté dijo Laura, "Oye, Javi, ¿estás bien?". Yo respondí, "Sí, aunque un poco mareado." "Y, ¿porqué has tenido un peluche de Lilipuf todo este tiempo?" "Solo era para dormir."

Más tarde, cuando ya terminamos de hablar, la estrella oscura se destruyó y por lo tanto, toda la magia oscura que había formado. Yo le presenté a Laura a mi verdadero pequeñín, Estánful, y continuará...

Los lugares más oscuros

El capítulo se llama: "Los lugares más oscuros".

Al poseer al Rey, la estrella pegada a la espada lo convirtió en un monstruo negro y el monstruo negro hacía todo lo que le decía la estrella. Se puso en marcha hacia el pueblo.

Más tarde, en la nueva casa de Javi Cid, Laura y Lilipuf, Lilipuf pidió el desayuno porque, claro, los perros no pueden tomar queso porque es malo para ellos. Pero hubo un problema: me había dejado la comida para perros en casa, así que Lilipuf fue a buscar la comida él solo. Yo le dije:

"Lilipuf, esto no es una buena idea."

Laura se despertó y dijo: "¿Qué ha pasado?" Yo le conté todo lo sucedido, así que ella dijo:

"Será mejor que vayamos a buscar a tu perro."

"Sí, vamos" -dije yo.

Pero mi perro había llegado a Villa Tranquilidad, donde gobernaba el monstruo en el que se había convertido el Rey Ernesto. Y entonces los soldados vieron a Lilipuf y lo trajeron ante el Rey.

"Señor, hemos encontrado al perro de Javi Cid."

El monstruo dijo:

"Genial. Ahora lo usaremos como rehén. Javi Cid no sabe lo que le espera."

De repente, Laura y yo nos metimos en el castillo disfrazados de guardias. Estaba todo oscuro. No veíamos nada. Y de repente, por la espalda, nos atacaron, nos quitaron las armaduras y nos llevaron ante el Rey.

"Hola, Javi Cid"- dijo el Rey.

Yo dije:

"Rey Ernesto, ¿qué le ha pasado?"

Él dijo:

"Eso no tiene importancia. Me he vuelto más poderoso. Pero me han comentado que estás haciendo fechorías con tu amiguita. Bien, pues eso se va a acabar si quieres volver a ver tu perro vivo."

Y yo dije:

"¿Cómo? ¡Eso no!"

De repente, una sombra cogió a Lilipuf y me lo entregó en las manos. Pero iba tan rápido que no pude ver quién era para darle las gracias. Y Laura y yo intentamos salir otra vez del castillo, pero apagaron todas las luces, el Rey Ernesto estaba poseído, ¿qué podíamos hacer? Así que Laura dijo:

"Vete tú. Yo me quedo aquí intentando distraerlos."

Yo dije:

"No, escapa tú." Y sin dar más opción a Laura, abrí la puerta y se fue. Lilipuf también se fue con ella y yo me quedé solo. El Rey Ernesto había adquirido poderes, como lanzar minifantasmas por la boca que te poseían. Y me lo intentó hacer a mi. Por un minuto estuve bajo su control. Pero Lilipuf se vino conmigo sin que yo me diera cuenta y me empezó a morder para ver si así me quitaba la posesión de encima. Y así fue. Luego me empezó a chupar las heridas para que se me curaran. Yo dije:

"¿Qué ha pasado?" -y dije: "Bueno, no importa. Ahora tenemos que librarnos de esa espada."

Pero la espada controlaba al Rey Ernesto y el Rey Ernesto estaba bajo su control, así que usó su brazo para lanzarnos y luego cuando ya estábamos debilitados, intentó lanzarnos un rayo que, si no fuera porque llegué a poner un espejo, yo creo que nos hubiera dejado muy malheridos.

Al final de la lucha, no conseguimos salir de ahí, pues el Rey Ernesto estaba cubierto por una capa y no se le veía su verdadera forma y no podíamos salir de ahí porque hizo que el castillo empezara a volar. Salió del castillo y lo mandó explotar con nosotros dentro. Afortunadamente, pude hacer que no estallara ni explotara. Pero eso sí, se quedó muy mal, y yo y mi Lilipuf no tanto porque conseguimos salir del castillo y cuando creíamos que era el fin, la misteriosa sombra de antes pudo recogernos y ponernos a salvo. Luego dijo adiós y se marchó sin decir ni una palabra más.

De repente, el Rey en esto se quitó la capa y se había transformado en un monstruo negro. 



Y, sin decir una palabra más, dijo "¡Retirada!". Se creó un portal negro que lo teletransportó a algún sitio.

Al volver a casa habían destruido nuestra casa. Así que tuvimos que hospedarnos en una cueva oscura y que no tenía muy buena pinta. A la mañana siguiente, el Rey Ernesto, transformado, ordenó que su castillo fuera modificado como un robot gigante. Aunque dijeron los soldados:

"No olvides que tú no eres nuestro Rey, que estás usando al cuerpo del Rey Ernesto, pero en realidad tú no eres él y no te vamos a obedecer."

La estrella dijo, a través del cuerpo de Ernesto:

"Ah, ¿no? Pues creo que sí."

E inmediatamente lanzó una onda que hizo que todos le siguieran como hipnotizados.

"Y ahora, ¡id a aplastar a ese tal Javi Cid!"

"Sí, amo" -dijeron a coro.

Cuando salimos de la cueva porque habían arreglado nuestra casa, pues vimos un par de caballeros que antes eran unos amigos míos. En realidad estaban con el Rey Ernesto, pero eran espías y me informaban de todo lo que hacía Ernesto poseído.

Pero cuando me acerqué a decirles hola y a preguntarles que cómo iba la cosa, no hicieron más que empezar a perseguirme y a decir "Cumplir las órdenes de la Gran Estrella Oscura. Atrapar a Javi Cid y a todos sus amigos."

Nosotros corrimos, pero al final nos atraparon. Cuando de repente, vino la sombra oscura otra vez y continuará...

El Cantar de Javi Cid

Aviso: esta es una parodia del Mío Cid donde no todos los detalles irán incluidos. Esto se llama "El Cantar de Javi Cid"

Hace no mucho tiempo, a orillas del mar, en un pacífico pueblo vivía un alegre niño llamado Javi Cid. Y vivía con algunos simpáticos perritos, concretamente cinco perritos, que parecían pequeños perritos muy alegres. Se llamaban Lilipuf,

Y tenía uno que se llamaba Mimitos. Lo quería mucho. Pero en aquellos tiempos Javi tenía que trabajar para el Rey de Villa Tranquilidad y siempre le hacían encargos porque había dos reyes a los que el Rey siempre les pedía dinero: el Rey de Villa Inquieta y el Rey de Villa Nerviosa, que le debían dinero al Rey de Villa Tranquilidad. Pero la verdad es que no se llevaban muy bien.

Cuando los cinco, mis madres, yo y mi hermana, y mi Lilipuf estábamos viviendo muy felices empezaron algunas personas a contar mentiras sobre Javi Cid al Rey. El Rey se enfadó un montón y nos desterró del pueblo donde vivíamos. Pero además ordenó que solo yo y mi perro nos fuéramos y mi familia se quedara ahí bajo arresto domiciliario.

De repente, dijo la mejor amiga de Javi Cid:

"Espera, yo voy contigo."

Así que los tres (yo, mi perro y Laura) montaron en sus caballos. El Rey de Villa Tranquilidad no nos lo había puesto fácil pues, por si fuera poco, nos había cortado el suministro de comida y agua, quitándole a los aldeanos su comida para que no nos pudieran dar nada de comer. Pero afortunadamente, Laura llevaba un queso en un baúl especial para guardar quesos y nos lo comimos entre los dos. Pero mi pobre Lilipuf no pudo comer nada. Nos volvimos a montar en los caballos.

Llegaron a un pueblo donde se hospedaron en una pequeña casa abandonada pero el Rey los descubrió. Pero afortunadamente, aunque sabía que estaban en una de las casa, no sabía en cuál, así que Javi, Lilipuf, Laura y Mudsdale (es mi caballo) pudieron quitarle las armaduras a los caballeros e infiltrarse en el castillo. Pero al llevar a Lilipuf con ellos, el Rey Ernesto los descubrió y tuvieron que escapar aunque los guardias no se lo pusieron fácil pues cogieron sus espadas y sus mascotas, y empezaron a atacarles.

Al final pudimos salir vivos, pero no muy sanos, pues nos habían dado unos buenos golpes. Volvimos a la casa que estábamos usando como cobijo y nos dormimos hasta la mañana siguiente. 

Y más tarde en el castillo el Rey, cuando Javi y sus compañeros estaban durmiendo, el Rey se encontró una espada a la que se había pegado una estrella negra que lo poseyó y que ordenó que atacaran todas las casas. 

Continuará...